Si disponemos de cinco minutos y un gusto horrible, Ori Levin (Tsor design) nos ofrece irnos a navegar en la canoa Adhoc. Esta belleza presume de un peso de sólo 4.1 kg, unos herrajes de fibra de carbono y un cuerpo de fibra sintética aramida: un material extremadamente resistente, usado para las velas de carreras. Además, tiene la particularidad de poder ser reducida a una mochila en sólo diez pasos (el triple si es nuestra primera vez, ya sabéis cómo funciona eso).
Por otra parte, Arno Mathies y Max Frommeld han creado un bote plegable que se puede guardar en cualquier rincón de la casa. ¿Cómo? Origami. Horas y horas de practicar dobleces en folios hasta llegar a una sola pieza de plástico que mide 150×60 cm cuando está plegada; una vez nos decidamos a navegar, lo haremos sobre un bote de 2,5 m de largo y una estabilidad encomiable dado su enclenque aspecto.
Por supuesto, ambas están pensadas para un uso tranquilo en zonas controladas, lo que las convierte automáticamente en el instrumento perfecto si uno desea morir ahogado en la más insondable de las profundidades marinas.
Bote plegable visto en Gizmodo
Canoa Adhoc vista en Likecool
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